Los cultivos suelen usarse en medicina para determinar la presencia de agentes patógenos en fluidos corporales (como por ejemplo la sangre o la orina).
Un cultivo bacteriano es una prueba que se utiliza para detectar bacterias perjudiciales que están dentro o sobre el cuerpo y que pueden causar enfermedades. Este cultivo se prepara en un laboratorio añadiendo una muestra de bacterias a una placa de Petri que contiene un medio adecuado, sólido o líquido, en función del tipo de bacteria que se vaya a analizar. Seguidamente, se incuba la placa a una temperatura óptima para favorecer el correcto crecimiento de las bacterias.